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Reivindicando a Nietzsche (página 2)



Partes: 1, 2

 Ahora bien, aunque estoy consciente de que la tarea de
investigación, y sobre todo, de
reivindicación del pensamiento de
Nietzsche, ya
ha sido emprendida por una interminable lista de los más
prestigiosos filósofos contemporáneos, sobre todo
los provenientes de la escuela francesa,
quiero permitirme, desde mi modesto sitio, volver a reiterar e
insistir en ello, porque nunca será esfuerzo suficiente
 poner, una y otra vez, de relieve el
inmenso aporte hecho a la filosofía por Nietzsche, un pensar que tuvo
la osadía de hacerse  preguntas allí donde
nunca antes nadie  las había hecho y poner en duda
todas aquellas realidades que se tenían por ciertas. En
fin, un  Nietzsche que, como  pensador, nos incita a
caminar  por zonas interregnas. Si eso no es el meollo de la
filosofía, entonces, que alguien me explique qué
diablos es la filosofía y para qué diablos
sirve.  

 Como cierre de esta parte introductoria, quiero traer a
colación  un reciente artículo de mi
autoría, que titulé "Prólogo para un
libro no
escrito",
en el que intento hacer una aproximación
entre las ideas de Marx y Nietzsche.
Entre otras cosas allí señalo que hasta antes
de  Nietzsche y Marx, la filosofía había
devenido sólo especulativa y abstracta. Los ejemplos a
través de la historia  se muestran
bastante demostrativos al respecto: la "idea" de Platón, el
"imperativo categórico" de Kant, la "duda
metódica" de Descartes, o
"el espíritu absoluto" de Hegel, y
así sucesivamente. Marx y Nietzsche, en cambio, rompen
radical y definitivamente con la filosofía
tradicional,  abstracta, para dar cuenta ahora, de la
existencia de la vida real, la situación del hombre y su
entorno en una sociedad que
cada vez más deja de satisfacerlo.

 Desde entonces, y sólo con ellos,   la
filosofía viene a posicionarse en otro estadio, lo que no
por casualidad ha llevado a que el mundo  filosófico
identifique la filosofía
de Nietzsche como "filosofía de la vida", y para el
caso de la filosofía de Marx, como "filosofía de la
praxis". Esto
quiere decir que en los corpus filosóficos de ambos
encontraremos un gran poder
explicativo y visionario en relación a nuestra
situación política/social/existencial y una
comprensión más cabal respecto de los por
qué de la gran involución societaria a que nos ha
estado
llevando el sistema
neoliberal presente.

 Ahora bien, habiendo producido los pensamientos de estas
dos cumbres intelectuales
una variada y rica gama de líneas hermenéuticas,
muchas de éstas  han mostrado la tendencia a visionar
a ambos con una visión no abierta, sino claramente
reductiva. Por este camino se ha llegado fácilmente a la
estigmatización de uno y otro, achacándole todos
los grandes y ominosos hechos que convulsionaron a la humanidad
en el siglo que recién terminó. Así, 
mientras a uno se le ha responsabilizado por ser el "mentor
teórico" del estalinismo, en la ex Unión
Soviética,  al otro se le ha responsabilizado ser
el  "mentor teórico" de las barbaridades del
nazi-fascismo. Por la
vía de la reducción se ha logrado implantar
imágenes de Marx y del marxismo que
sólo tienen ese valor,
imágenes que no  responden a la realidad. A Nietzsche
con su ensalzamiento de la "bestia rubia", o con la famosa frase
"la muerte de
Dios" se le han construido figuras abominables que ponen muy en
entredicho la reflexión filosófica, aquella que
necesariamente debe estar revestida de una mínima
seriedad.

 Ambos, por distintas vías se proponen retrotraer
 al hombre a su verdadera esencia vital, como ente
eminentemente creador, aquella que había perdido tras un
largo y milenario proceso de
alienación. Así, el Superhombre de Nietzsche no es
otro que el hombre
comunista de Marx. Ambos restituidos por fin a su propia esencia
creadora, libres al fin del entrevero de tejidos sociales
que una modernidad
desafiante y altanera les había impedido ser, lo que
realmente debía  ser.

 Con esta analogía concluyo esta parte
introductoria, convencido   que no puede, de
ningún modo, ser un reaccionario aquel que como Nietzsche
pone su obra y vida en función de
restituir al hombre  a su verdadera esencia creadora, como
hombre autónomo y libre. En mi opinión, el
Superhombre nietzscheano  y el hombre comunista de Marx,
confluyen como puntos de cristalización para representar
el  arquetipo de hombre, tal cual debiera ser,

 Si eso es un pensamiento reaccionario, de acuerdo a lo
concluido por  el autor de la nota que motiva este escrito,
entonces quiere decir que yo también soy reaccionario.

 A decir verdad, un nuevo  descubrimiento del cual
yo no me había dado cuenta.

1) MALENTENDIDOS,
IMPOSTURAS

 Erich Fromm,  refiriéndose a la doctrina de
Carlos Marx
señalaba que, "una de las ironías peculiares de
la historia intelectual es el que no haya límites
para el malentendimiento de las teorías
aún en una época donde hay acceso ilimitado a las
fuentes
…" (Marx y su concepto del
hombre"
).

 Ahora bien, creo que si esta referencia la
hiciéramos recaer hoy, sobre el pensamiento de Nietzsche,
este juicio de Fromm, sin duda, adquiriría mayor
significado aún. Lo dicho porque la crítica
filosófica se ha acostumbrado a atribuirle a sus ideas
innumerables supuestos, lo que llevó en su momento a Erich
Podach decir que: "Nietzsche en su vida y obra, ha sido la
figura más falseada y desenfocada de la historia de la
filosofía
contemporánea".
Más aún,
-agregaría yo- de toda la historia filosófica hasta
ahora conocida. Sin embargo este hecho no tendría por que
haber sorprendido al filósofo, puesto que más de
una vez, el mismo anunció que sus ideas no iban a ser
comprendidas bien del todo: "Nos hemos quejado alguna vez de
que nos comprendan mal, de que nos ignoren, de que nos confundan
con otros, de que nos calumnien, de que nos escuchen o de que
apenas lo hagan? Eso es precisamente lo que nos ha tocado en
suerte…¡y lo que nos seguirá tocando mucho
tiempo
aún! (Gaya Ciencia)

 En efecto, numerosos intérpretes se han
encargado de difundir, respecto de sus ideas, interpretaciones
antojadizas y equívocas,  dejándose
impresionar quizás, por su particular estilo literario,
fundamentalmente, los efectos producidos por  sus
peculiares   aforismos. De ello Nietzsche siempre tuvo
conciencia, lo
que queda testimoniado por las reiteradas advertencias que hace a
sus desaprensivos lectores:

 "Los peores lectores son aquellos que proceden como
soldados saqueadores: extraen de su lectura
algunas cosas que pueden serles útiles; ensucian y
confunden lo restante y lo ultrajan todo"(Cit. Por Richard
Wisser. "Nietzsche Actual e Inactual, Vol.2)

 Así, de acuerdo al sabor que haya dejado
tal o cual idea, o mejor aún, tal o cual aforismo,
Nietzsche será utilizado como una especie de carta al gusto
para las más dispares interpretaciones, las más de
las veces a favor de todo aquello que él expresamente
combatió. En este orden, por las investigaciones
tempranas iniciadas por Kart Schlechta, mayormente investigadas y
documentadas después por Giorgio Colli y Mázzimo
Montanari, hemos llegado a tener conocimiento,
por ejemplo,  que su hermana Elizabeth, estando el
filósofo aún en vida, mediante falsificaciones en
sus escritos, dio inicio a las innumerables leyendas que
se han tejido en torno a su
persona y
pensamiento.

 Y no sólo ha sido objeto de falsificaciones, sino
que también, ha sido plagiado, lo que ha quedado
demostrado con un libro que circula por ahí, atribuido
supuestamente a su  autoría,  que lleva por
título "Mi hermana y yo", y cuyo autor real ha quedado
demostrado que fue un falsificador profesional de la
época, un ruso de nombre George Plotkin.

También La famosa "Voluntad de poder", un libro que
circula bajo la autoría de Nietzsche, también ha
quedado demostrado que fue un libro que Nietzsche no llegó
a escribir. Todo esto, sin perjuicio de las adulteraciones de que
fue objeto su último libro "Ecce Homo", en lo que fue su
primera edición, la que fue  rectificada
muchos años después de haber quedado al descubierto
tal hecho.

 Sin embargo, de todos los malos manejos que se han hecho
sobre su pensamiento y obra, el  mayor y más
divulgados de todos, ha sido aquella creencia generalizada 
de que habría sido el mentor, el inspirador
filosófico del nacionalsocialismo alemán. Un
supuesto atribuido  a partir de las manipulaciones que los
nazis hicieron de sus ideas con el fin de proveer de fundamentos
filosóficos a tan nefasta doctrina. Sacando de contexto
algunos aforismos, los propósitos políticos
ideológicos promovidos por los nazis lograron finalmente
ser socializados al interior, primero, del inconsciente del
pueblo alemán, para después divulgarse por toda
Europa y el mundo
entero. No obstante para que ello pudiera ser posible, tuvo que
llevarse a cabo toda una trama  cuyos antecedentes
originarios  se remontan a hechos sucedidos 50 años
antes del advenimiento del régimen nazi.

Entre los hechos más destacados, caben señalar
fundamentalmente dos: por un lado, la fundación por
Bernhard Forster, en Paraguay, de la
colonia germánica "Nueva Alemania" (1887), y por
otro, la fundación, por parte de su hermana Elizabeth del
"Archivo
Nietzsche"
, en Weimar  (1893)

 Siendo el propósito de esta nota la
desmitificación de ciertas creencias socializadas en la
opinión
pública, estimo de interés
dar a conocer entretelones de ciertos hechos que derivaron
posteriormente a desarrollar toda una trama para atribuir
supuestos al filósofo, favorables a la interpretación de asociarlo al
nacionalsocialismo alemán y a otras de las más
abominables de las causas.  

2) BERNHARD
FORSTER

 ¿Quién era Bernhard Forster y que
importancia tuvo para lo que posteriormente habría de ser
la mayor impostura intelectual del pensamiento de Nietzsche? El
que llegaría a ser el marido de la hermana del
filósofo ejercía desde el año 1870 como
profesor de la
Escuela de Bellas Artes
en un instituto de Berlín. Obligado a dejar su puesto de
docente a causa de sus abiertas actividades antisemitas,
viajó al Paraguay para estar de regreso en Alemania en la
primavera del año 1885. De vuelta fundó una
cooperativa de
colonización y se dedicó a reclutar emigrantes para
regresar al Paraguay y establecer allí una empresa
germánica colonizadora.

 Es en el año 1876 cuando Elizabeth conoce a
Bernhard en Bayreuth, quedando desde un principio prendada e
influenciada por las ideas germánicas y antisemitas de
éste. Y aunque, por cierto, ya abrazaba dichas ideas, fue
el fuerte carácter de Bernhard en dicha dirección,  lo que la
influyó  para que sus posiciones en tal sentido se
radicalizaran. Estableciéndose una mutua atracción
entre ambos, pronto el romance no se hizo esperar,
comprometiéndose el uno al otro el año 1883.

En un comienzo el que se transformaría en cuñado
del filósofo  no le resultó del todo
antipático, pues veía en las ideas de éste
una visión específicamente alemana,  en la
cual el mismo se había encontrado comprometido en su
periodo de juventud. Sin
embargo, al poco andar su distanciamiento de él
empezó hacerse cada vez más notorio,
fundamentalmente, por la radical posición antisemita de
éste, cuestión que a esas alturas a Nietzsche le
resultaba ser una postura del todo incómoda e
insoportable a la vez.

 En efecto, a Nietzsche no le resultaba desconocido el
antisemitismo
imperante en importantes círculos intelectuales de
Alemania, encontrándose familiarizado con tal postura,
sobre todo, por las estrechas relaciones que mantuvo con el
círculo de Wagner. Sin embargo, -y aquí está
el punto a diferenciar-, dicha vinculación no dejaba de
ser superficial, por tener sus raíces dentro de un
ámbito puramente intelectual. Con Forster, sin
embargo,  se encontró involuntariamente empujado a
una proximidad más estrecha con la rama
práctico-política del antisemitismo, lo que le
permitió comprenderlo en su verdadera dimensión y
alcance. Se tienen antecedentes de que Forster, siendo
wagneriano, igual que Nietzsche, habría sido el primero en
determinadas conferencia 
que habría hecho referencias hacia Nietzsche  como
simpatizante antisemita.; a lo menos así se lo
contó el propio filósofo a Overbeck en  el mes
de Marzo del año 1882. Nietzsche molesto por esta
vinculación, al parecer, a partir de ese hecho empieza a
tomarle distancia a su cuñado, precisamente, por esa
licencia  que se había tomado de comprometerlo con
algo de lo cual él ya se encontraba alejado y que
había empezado a despreciar.

 Forster, además de wagneriano era un
fanático naturista que luchó denodadamente contra
la bisección de los animales y a
favor del vegetarianismo. Sin embargo, es en su trabajo
ideológico  y político en donde pone su mayor
energía, haciendo del nacionalismo
alemán y el antisemitismo fuente principal de sus
actividades y preocupaciones.  Como antisemita lo vemos
activamente participando en el grupo de
"Los siete alemanes", por cuya iniciativa en abril del
año 1881 se le hizo entrega a Bismarck de una solicitud
con 267.000 firmas pidiendo la eliminación de los judíos
de los cargos públicos y de los sistemas de
enseñanza. Con el mismo grupo fundó
el "Partido del pueblo alemán", el
 cual, explotando la creciente desilusión del
pueblo alemán por la crisis
económica que la afectaba, incentivó el
nacionalismo y el antisemitismo a través de todo el
territorio; "solamente unidos todos -decía este activista-
podremos derrotar a la plaga judía".

 Para estos confesados propósitos el
círculo de Wagner le resultó del todo propicio y
apropiado. Siendo Wagner una personalidad
influyente en los círculos intelectuales de Alemania, no
habría de pasar mucho tiempo para que Forster quedara
encandilado con la magia de la palabra del músico.

Y mientras Bernhard se encontraba entusiasmado con Wagner,
Elizabeth veía en la mujer del
músico, Cósima, el símbolo de lo que la
mujer alemana
podía realizar. Para lo que al caso importa, Forster
quedó sumamente influencia por un escrito de Wagner del
año 1880, titulado "Religión y arte". Un
escrito en que el músico reivindicaba la necesidad del
establecimiento de una colonia puramente alemana en
Sudamérica, en la que por cierto los judíos se
encontrarían proscritos. Tal idea sería el origen
de lo que 7 años más tarde Forster haría en
Paraguay fundando la colonia "Nueva Germania". Una colonia
con propósitos bien definidos: servir como Estado de
reserva, cuando la Alemania del viejo mundo cayera alguna vez en
manos de los rusos, los judíos o los romanos. A
propósito de esta empresa Elizabeth
dirá:

 "Encuentro a Fritz cada vez menos comprensivo.
Querría que compartiese las ideas de Forster, sus ideales
que harán a los hombres mejores y más felices, si
son promocionados y llevados a la práctica. Algún
día Forster será elogiado como un gran
alemán, benefactor de su pueblo."

 No obstante estos deseos de su hermana, Nietzsche se
encontraba cada vez más alejado del activista antisemita
Forster y con su misma hermana. A esas alturas era pública
y notoria toda la  desazón que  embargaba a
Nietzsche por los caminos distintos que iban tomando su hermana y
su cuñado:

 "Ese maldito antisemitismo es la causa de una
profunda brecha entre mi hermana y yo",
dejaría
oír su queja el filósofo.

 En efecto, un abismo insondable se había abierto
entre ambos hermanos, y tanto fue así, que el día
que ésta se casó con Bernhard (22.05.85), Nietzsche
se negó a asistir a la boda: sus diferencias eran ya
insalvables.

3) LA NUEVA
GERMANIA

 Los planes colonizadores de Bernhard y Elizabeth
se encuentran en pleno apogeo. Por medio de una difundida
propaganda
empiezan a reclutar seguidores para dicha empresa. Como principal
requisito se exigía que sus participantes fueran de raza
aria de cuya pureza no pudiera existir ni la más
mínima duda. Al cabo de un año lograron reclutar a
un grupo reducido de 14 familias, todos pioneros pobres.

 El día de la partida (15.02.87), una gran
multitud se apostó  en los muelles del puerto de
Hamburgo para despedirlos. Nietzsche se negó a estar
presente en esa despedida, le parecía inoficioso estar
allí en momentos en que todo hacía prever que ya
había perdido a Elizabeth.

 "He perdido a mi hermana, estamos irremisiblemente
separados, las ideas de mi cuñado por las que está
dispuesta a vivir y a morir son muchos más extrañas
para mí que el mismo Paraguay"

A bordo del vapor Uruguay el viaje duró
más de un mes tras un intenso, caluroso y agotador
viaje.  En las Bayreuther Blatter, se registra un
artículo de Forster (02.05.87) relatando sus impresiones
sobre las vicisitudes del viaje: "Hemos hecho nuestra entrada
solemne en la nueva región".
Sin embargo, pese al
entusiasmo de Forster, al llegar al lugar elegido los colonos
enmudecieron frente al desolador e inhóspito paisaje que
se les presentaba a su vista. Sin embargo ya era tarde para echar
pie atrás y regresar.

A los lugareños sólo se les permitió el
acceso como sirvientes y trabajadores quedándoles
prohibido establecerse en el campamento y sus alrededores
más inmediatos. El entusiasmo del matrimonio
Forster no podía ser más exultante recurriendo
muchas veces a la parafernalia; así lo demuestran
crónicas y cartas de la
época. En una de las cartas de Elizabeth a su hermano
describe la ceremonia de inauguración de la colonia de la
siguiente manera:

 "se habían hechos disparos al aire con armas de fuego,
que habían habido caballos adornados, que la gente se
alineaba a las puertas de sus casas para regalarles flores y
cigarros, y que le pedían a Elizabeth que les bendijera a
sus hijos. Se pronunciaron discursos, se
recitaron poemas y hubo
una procesión que pasó bajo un arco triunfal. A
todo ello siguió un desayuno de festejo"
(Cit. Por
Lesley Chamberlain, en "Nietzsche en Turín")

 Bernhard Förster proclamaba, lo cual
superaba cualquier ficción, que Nueva Germania era la
verdadera Patria, más aún que la verdadera Alemania
que hoy todos conocemos. De acuerdo a Bernhard, Alemania
había pasado a ser un triste lugar de paso.  Nueva
Germania, a pesar de sus modestos comienzos, estaba destinada a
ser el centro de un imperio en lo más profundo del
corazón
de Sudamérica. Pese a la pesada carga de trabajo Elizabeth
se hacía tiempo para escribir notas tras notas:

 "Qué oportunidad estamos ofreciendo a los
trabajadores alemanes que malgastan sus vidas en pobreza, enfermedades y desesperanza
en muchas partes de la Vieja Patria. Qué idílico
cuadro hemos creado, nada es extranjero aquí, todo es
casero y alemán"

 Ya a los pocos meses los colonos empezaron a
darse cuenta de lo serio de su situación: contrajeron
enfermedades incurables y una nube de insectos de la selva se
convirtieron en su peor peligro. El suelo arcilloso y
seco, muy difícil de arar,  obligaba a los colonos a
vivir de una dieta en base a la yuca, lo único cultivable
en suelo tan árido y duro. Pronto el ánimo
empezó a declinar. Forster había elegido una
posición tan alejada de la civilización que la vida
de los colonos se hacía cada vez más impracticable.
Al borde de la hambruna, y cada vez más desesperados por
el aislamiento, los colonos empiezan a manifestar un claro
descontento contra los Forster que lo habían involucrado
en tan loca aventura. Elizabeth, sin parecer darse cuenta de lo
aflictiva de la situación seguía escribiendo notas
de intensa propaganda:

 "Cuando limpiamos los bosques con el sudor de nuestra
frente, preparando el fértil suelo para el cultivo,
sentimos en nuestros corazones que es precisamente este tipo de
trabajo el que nos hace los herederos espirituales de Ricardo
Wagner".

Pese a los esfuerzos de los Forster, los problemas se
van haciendo cada vez más insoportables para los colonos,
agudizado todo ello por la fuerte deuda contraída por
Bernhard para dar inicio a su aventura colonizadora. Presionado
económicamente se ve obligado a dejar la colonia en manos
de Elizabeth para volver  a Alemania en busca de
más  financiamiento. Pero ya todo esfuerzo
parecía inútil para salvar del desastre a la
colonia. Muchos empiezan a desesperarse y algunos logran volverse
a Alemania, pero a su vez, otros pocos logran  sumarse a la
aventura.

Los Forster se ven obligados a poner mano dura para que no
cundiera la indisciplina. Un colono que regresó a Alemania
escribió un libro detallando las barbaridades y abusos de
la pareja, revelaciones que empujaron a Forster a ser
víctima de una fuerte depresión.
Un día, abandonando inesperadamente la colonia se fue a
pasar sus penas al hotel 
"Del Lago", cercano de Asunción: la camarera del
hotel encontraría su cadáver en su
habitación. Se había envenenado con una mezcla de
estricnina y morfina (03.06.89)

La muerte de
Bernhard fue un segundo gran golpe para Elizabeth que acababa de
recibir la noticia de la pérdida de lucidez de su hermano
filósofo. Frente a una implosión de energía
creativa el cerebro de
Nietzsche había colapsado. La nueva situación le
vino muy a propósito a Elizabeth para desembarazarse de la
colonia, justo en los momentos de su mayor crisis. De vuelta, al
arribar a la estación de Nuremberg, ante sus ojos
emergió un dantesco espectáculo: su hermano junto a
su madre la saludaba sin reconocerla.

Atrás quedaba la colonia la que sigue existiendo hasta
hoy cambiando muy poco. La Nueva Germania, inviolada por
la civilización moderna, tiene muy poco contacto con el
mundo exterior. Sus calles aún mantienen el nombre de la
mujer que la cofundó. La gente que allí hoy
permanece sigue viviendo la misma vida del siglo XIX, sin saber
nada de la moderna Alemania. En una zona escogida por su
aislamiento, rodeada de una selva espesa y rápidos
ríos, la colonia se encuentra sellada para el mundo,
fosilizada en el tiempo. Los pocos alemanes que aún se
encuentran allí, sólo luchan  para
sobrevivir  y para conservar su identidad
racial y cultural. El primer proyecto de
Elizabeth había concluido, una nueva etapa estaba por
comenzar:

 "Ahora debo decir adiós a los asuntos
coloniales, una gran tarea vital reclama mi tiempo y mi
energía, el cuidado de mi único y querido hermano,
al filósofo Nietzsche, la protección de sus obras,
y la descripción de su vida y de su
pensamiento"

4) EL ARCHIVO
NIETZSCHE

 El año 1893, ya sin lucidez el
filósofo, su hermana Elizabeth decide que sólo ella
podía administrar sus ideas y escritos, para cuyo fin
funda el "Archivo Nietzche". Pretendiendo inmortalizarlo,
pero de acuerdo a las propias ideas que ella tenía sobre
las de su hermano, llegará a decir:

 "Tengo el deber de defender, de enmendar las faltas y de
representar los hechos y experiencias de la vida de mi hermano
con la más escrupulosa exactitud, puesto que nadie estuvo
tan cerca de él como yo"

Poco a poco, y gracias a su tenaz perseverancia, logró
que el nombre de su hermano fuese reconocido, no sólo en
Alemania, sino que en toda Europa. Como nunca antes hizo que las
ediciones de los libros del
filósofo empezaran a conocer el éxito
que no tuvo en vida.  Como sacerdotisa principal del culto a
Nietzsche, su propia fama también empezó a crecer.
Años más tarde de la muerte del filósofo
(1900), durante el transcurso de la primera Guerra Mundial,
la fama de Nietzsche era del todo innegable. Como vivo
testimonio  han quedado las imágenes de los
jóvenes wandervogel, los que antes de partir a
batalla guardaban en sus mochilas el libro "Así
habló Zaratustra".

Durante la guerra
Elizabeth reavivará sus ideas nacionalistas de
antaño comprometida en una exhortación a la
nación
alemana para que participara en la guerra:

 "Es un gran reto para los alemanes el levantarse y
luchar. En cada alemán hay un luchador sin importar a que
partido pertenezca y este guerrero interior surge cada vez que la
patria se siente amenazada".

No habiendo considerado la posibilidad de la derrota, cuando
ésta se produjo mostró una gran contrariedad:

"No pude soportarlo, nuestras tropas en el frente eran
invencibles, pero nuestros estúpidos guardias tontos e
infantiles, han apuñalado a nuestros valientes soldados
por la espalda. Alemania ofrece un espectáculo deplorable.
Cada día quisiera morir"

Después de la derrota los esfuerzos publicitarios de
Elizabeth no cesaron, encontrando gran receptividad en
importantes figuras políticas
que anunciaban ya el advenimiento del nuevo régimen nazi.
Y no sólo logró hacer popular el nombre de su
hermano, sino ella misma fue elevada a un lugar destacado en el
campo de las letras en Alemania siendo nominada el año
1923, por tercera vez al Premio Nobel de Literatura,
convirtiéndose en la principal letrada de Alemania.

La fama del nombre de su hermano, habiendo traspasado las
fronteras alemanas atrajo la atención de Benito Mussolini en Italia, a quien
Elizabeth consideraba como el nuevo César de Italia:

 "Ya no puedo privarme de expresar mi
admiración por Mussolini. El no sólo es el
gobernante preeminente de Europa, sino del mundo entero. Mi
hermano habría sentido
gran orgullo de admirar a
este hombre maravilloso, un hombre alegre, poderoso y triunfador
que le ofrece al hombre la esperanza de la
salvación"

Con regularidad supo mantenerse en contacto con el dictador
italiano llegando, en Febrero de 1932, a montar en Weimar una
obra escrita por éste. Impedido Mussolini de asistir, sin
embargo, como contrapartida, esa noche logró conocer al
hombre que ejercería una gran influencia sobre su vida y
sobre la reputación de su hermano. Hitler entraba a
su palco privado obsequiándole un gran ramo de rosas. Cuando
Hitler asumió al año siguiente el poder, Elizabeth
no pudo dejar de transparentar su júbilo:

 "Estamos ebrios de entusiasmo por tener a la cabeza
del gobierno a un
hombre tan maravilloso, a una persona fenomenal, a nuestro
canciller Adolfo Hitler. Al
fin hemos encontrado a esa Alemania que durante siglos nuestros
poetas han descrito anhelosamente en sus poemas y a la cual todos
hemos estado esperando"

Pocos meses después, en un nuevo encuentro con Hitler,
llegará a decir:

"Fue en el teatro, en una
representación de Tristán e Isolda, en honor al
aniversario de la muerte de Wagner, que tuve la gran fortuna de
mantener una conversación personal con
nuestro maravilloso Canciller".

Hitler, dándose cuenta del valor propagandístico
que el Archivo Nietzsche podría proporcionarle, comienza a
visitarlo asiduamente, lo que hace caer a Elizabeth en un gran
entusiasmo:

"Si mi hermano lo hubiera conocido su más grande
deseo se hubiese hecho realidad. El cambiará a Alemania
por completo, pero debemos de ser pacientes. Lo que más me
agrada de Hitler es su simplicidad y naturalidad. él no
quiere nada para sí mismo, sino todo para Alemania. Lo
admiro profundamente".

Para los nazis, las ideas de Nietzsche les vienen muy a
propósito para darle un sentido teórico al esquema
de su programa. Hitler
y Goebbels se encontraban empeñados por sacar a luz todo lo que
consideraban lo mejor de la cultura
alemana y destruir todo aquello que consideraban decadente. Los
libros de estos últimos fueron incinerados mientras los de
Nietzsche se salvan de caer en las llamas; muy por el contrario,
fueron colocados junto a las Biblias del nazismo. De este
modo, los escritos de Nietzsche, quien había sido el
más mordaz exponente contra el antisemitismo, fueron
utilizados para respaldar los decretos más abominables en
contra de los judíos. A todo esto Elizabeth dirá:
"El lazo que une a Nietzsche con el nacionalsocialismo, es el
heroísmo que existe en su alma"

A esas alturas, Elizabeth se daba el lujo de contar con dos
patrocinadores importantes: Hitler y Mussolini. Cuando estos se
reunieron en Venecia, el 14 de Junio de 1934, creyó
oportuno enviarles  el siguiente telegrama:

El espíritu de Nietzsche envuelve este encuentro
entre los dos gobernantes más importantes de
Europa".

Ambos dictadores agradecieron sus elogiosas palabras
reconociendo que habían sentido la presencia espiritual
del filósofo, confesando su veneración por
Nietzsche y el respeto a ella
como custodio de su filosofía

A los 88 años, Elizabeth era ya tema frecuente de
conversación entre los dos líderes, Hitler,
abriendo una vez más espacio en su agenda la visita
nuevamente en el "Archivo". De este encuentro un observador
apuntó:

 "Así como en pasados tiempos una abnegada
madre le hubiera dado la bienvenida a su hijo, bajo la sagrada
llama de una sacerdotisa vigilante, nadie que lo haya presenciado
olvidará nunca cómo el hombre a quien el mundo
entero ve con el más agudo interés, saluda a la
dama mientras ambos permanecían de pie bajo la radiante
luz del sol".

Pero la salud de
Elizabeth se empeoraba. Tras la operación a uno de sus
ojos le escribió al Fuhrer contándole que
había releído su libro "Mi lucha", durante
su convalecencia:

 "Esas poderosas y profundas percepciones y
consideraciones sobre la nueva creación del
carácter alemán se apoderaron de mí. Le
aconsejaría a cualquier inválido sumergirse en este
maravilloso libro y encontrar la fuerza y el
valor para luchar contra as adversidades del destino".

Antes de morir Elizabeth consideraba que había una
persona que no había recibido aún el reconocimiento
por los servicios a la
patria. Decide influir en el Fuhrer para reparar tamaña
injusticia; Forster estaba a punto de ser elevado a una
posición importante dentro de la mítica
historiografía nazi. Hitler en reconocimiento de que medio
siglo atrás Elizabeth con su esposo habían puesto
en práctica las ideas del racismo ario,
envía emisarios al cementerio de la selva paraguaya donde
Forster había sido enterrado en 1889. Elizabeth lograba al
fin el reconocimiento hacia su esposo por el trabajo de
toda su vida a favor del nacionalismo germánico y el
antisemitismo.

Al fallecer Elizabeth (09.11.35), Hitler tomó su lugar
al pie del ataúd. Uno de sus lugartenientes fue el
encargado de leer el discurso
ceremonial:

 "UD., mi Fuhrer, nos ha infundido un gran respeto y
admiración por esta gran mujer alemana, a quien la eterna
providencia se ha llevado para reunirla con su incomparable
hermano, el buscador de la verdad, el profeta de la lucha, el
heroico y eminente Friedrich Nietzsche. La Alemania socialista
nacional protegerá con eterno agradecimiento, el
importante legado intelectual del gran filósofo Friedrich
Nietzsche. El y su hermana han pasado a la inmortalidad"

La inmensa sombra de Elizabeth y la representación
fraudulenta que hizo de la filosofía de su hermano,
llegaron a engañar a los más reputados
intelectuales de la época, los que no dejaron de
sustraerse  a las imposturas y malinterpretaciones hechos
sobre su vida y obra por su hermana. La influencia de las
malinterpretaciones de ésta a través del Archivo
Nietzsche
fueron de tal alcance y magnitud, que llegaron
hasta a afectar los procesos
judiciales en contra de los nazis en Nuremberg. Tan fue
así que el fiscal
francés durante el juicio en su condena llegará a
exclamar:

 "Si es cierto que las razas superiores deben
exterminar a la gente subordinada y decadente, entonces,
qué métodos de
exterminación usarán para intimidarlos; esto era la
moralidad de
la inmoralidad, el resultado de la más pura
enseñanza de Nietzsche"

5) SUPUESTOS
POLÍTICOS

Fue Alfred Baumler quien el año 1931, descubriendo la
filosofía de Nietzsche concluye desde allí
interpretaciones que sirvieran de fundamento teórico a la
doctrina nazi. Las dificultades que representaban los
innumerables juicios antialemanes del filósofo fueron
eliminados de una plumada bajo el fundamento  que:

  "Nietzsche lucha contra el Reich, no porque sea
alemán, sino porque es alemán y cristiano. Piensa
en una forma más audaz y ambiciosa de ser alemán:
Alemania debe volver a dominar Europa".

 Así, por voluntad de Baumler, Nietzsche ya
no pertenecerá más al Occidente, pasando a ser el
Sigfrido del Norte Germánico, el espíritu
nórdico,  y pertenecerá al espíritu de
la Gran Guerra: "La creadora de una Europa  que sea algo
más que una colonia romana, sólo puede ser la
Alemania Nórdica, la Alemania de Holderlin y
Nietzsche"

 A su vez, Alfred Rosenberg, a cargo de la educación e
instrucción intelectual del partido nazi, sin encontrarse
del todo convencido de los ajustes de las ideas del
filósofo para adaptarlas a los propósitos del
espíritu alemán que preconizada el nazismo, no
escatimará reparos para eclipsar sutilmente el pensamiento
de Nietzsche en su libro "El mito del siglo
XX"
, mencionándolo con marcada hostilidad: "Bajo la
bandera de Nietzsche se alinean los rojos estandartes y los
predicadores nómadas del marxismo. En su nombre tuvo lugar
la
contaminación de razas, con la intervención de
todos los sirios y negros"

 No obstante a pesar de sus dudas y aprehensiones,
pudieron más las necesidades políticas e
ideológicas  del régimen,  terminando por
acomodar  la ideología nazi de modo que esta apareciera
impregnada de una atmósfera
nietzscheana.

 No obstante para ajustar las ideas del filósofo a
los requerimientos del nazismo, necesariamente tuvo que haber una
gran dosis de ignorancia respecto del real significado que
había tras el trasfondo de las ideas del filósofo,
lo que queda al descubierto en el momento de revelarse los
verdaderos entretelones que originaron tan burda trama. En
efecto, Carl August Emge -quien había sido director del
Archivo Nietzsche- tempranamente pone al descubierto la impostura
nazi al confesar que ni Hitler ni Rosenberg jamás nunca se
les había ocurrido formularle la más mínima
pregunta sobre Nietzsche, expresando al respecto un lapidario
juicio: "Estos frutos tan ridículos no son los frutos
por los que se puede conocer a Nietzsche"
. Y no deja de tener
razón, si se considera que Hitler en su libro (Mi
lucha")
, no menciona ninguna sola vez a Nietzsche. Es
más, todo hace presumir que Hitler jamás leyó la
obra de Nietzsche, sirviéndose sólo de palabras
sueltas en sus discursos según le recomendaran sus
asesores de propaganda.

 A Benito Mussolini también le cabe cierto grado
de responsabilidad en lo que dice relación a
los supuestos de que fue objeto el pensamiento del
filósofo, al confesar, una y otra vez, que sus ideas
fueron influenciadas por las ideas de éste. Y
quizás tenga cierto grado de razón, porque en honor
a la verdad, y a diferencia de Hitler, Mussolini si
conoció el pensamiento y obra de Nietzsche. Que las haya
mal utilizado para su nefasta causa, ese es un cuento aparte
en la que no me voy a detener en esta nota. En efecto, Mussolini
se encuentra con la obre del filósofo el año 1908,
en Suiza, en el  periodo de su exilio.

Sintiéndose incomodado en la estructura del
partido socialista, demasiado burocratizado y poco abierto para
pensar, ve en la obra de Nietzsche la posibilidad de
desesquematizar su pensamiento. Lo atraía, entre
otros,  el poderoso lenguaje y
simbolismo cuando en "Así hablaba Zaratustra", el
filósofo hace referencia a un "Superhombre", un
hombre que es capaz de pasar por encima de las instituciones
para lograr sus fines. Mussolini ve en Nietzsche un pensamiento
liberador que se aviene muy bien con su carácter, por su
resistencia a los
planteos esquemáticos y puramente intelectualistas que se
encontraban en boga. Mussolini concuerda con Nietzsche que la
figura del Superhombre fuerte, libre y crítico,
transformador de un mundo lleno de tediosa inmovilidad, es lo que
permite hacer de la política contingente y corrupta un
acto de la Gran política:

 "No se sorprendan si de cuando en cuando introduzco
intersticios literarios en el tratamiento tan árido de
esta materia para
aligerarles el deber como escuchas, pues como yo,  como
discípulo de Federico Nietzsche, polaco germánico,
he aprendido de él que las cosas difíciles es
necesario proceder con paso cauto pero ligero"
(Discurso en
la cámara de diputados, 1934).

 En este mismo sentido, evocado episodios de la Primera Guerra
Mundial, llegará a concluir la siguiente
reflexión: "… entonces elegí el mar
Mediterráneo y a Nietzsche como mi gran
aliado"….
para rubricar, más adelante,
"Alemania a regalado al mundo a los dos más grandes
espíritus del siglo: Goethe y Nietzsche".
Incluso, es
tal su entusiasmo por Nietzsche, que llegó a elaborar un
escrito dedicado al pensamiento del filósofo, bajo el
título "La filosofía de la fuerza"

 Hitler, en cambio, a diferencia de Mussolini,
desconocía el pensamiento filosófico de Nietzsche
eludiendo referirse a él, a menos que fuera para valerse
de ciertas frases sueltas que, tomadas fuera de contexto,
pudieran ser usadas para propósitos de la ideología
nazi. Por las investigaciones hasta ahora conocidas, todo parece
indicar que Hitler no conoció la obra de Nietzsche e,
incluso, que ni siquiera leyó una palabra de sus
libros.

 Por fortuna, una vez derrotado el régimen nazi,
el armado de este gran fraude se viene
estrepitosamente abajo. Y no podía ser de otro modo, del
momento que sabemos que Nietzsche fue enemigo declarado de los
Estados (de todos los Estados) y de los modernos movimientos de
masas; paradójicamente el nazismo hizo del Estado
nacionalsocialista su máximo fetiche, y de los movimientos
de masas el centro de su fuerza.

6) IMPOSTURAS
LITERARIAS

En Julio de 1945, cuando el Ejército Rojo" se
hizo cargo de la ciudad de Weimar, ésta se encontraba
convertida en un centro de propaganda nazi, cuyo centro lo
ocupaba el Archivo Nietzsche. Desde 1947 el Archivo
pasa a formar parte de los lugares de conmemoración e
investigación de la literatura clásica alemana. No
obstante, es sólo a partir del año 1954 cuando
éste fue reabierto para la
investigación de todos sus documentos. Desde
entonces se empezará a contar la historia de cómo
se habían modificado los escritos de Nietzsche para
confundirlo con propósitos de la ideología nazi. El
genio que
había estado detrás de toda la trama , había
sido nada menos que su hermana Elizabeth.

 En efecto, el primer objetivo de
ésta, estando aún en vida su hermano, en un casi
completo estado de locura, era tener acceso a sus escritos para
manejarlos a su entera voluntad y arbitrio. Nietzsche, a esas
alturas incapaz de sostener un pensamiento lúcido e
incapaz para el manejo de sus propios escritos, se dejó
llevar por los deseos de su hermana. Pero, aún siendo
grandes sus diferencias, los propósitos de Elizabeth
requerirían de un gran esfuerzo intelectual, sobre todo,
tomando en cuenta el hecho de que sus ideas sobre temas
fundamentales eran aborrecidas por el filósofo (cristianismo,
moral,
metafísica, nacionalismo, antisemitismo,
etc). De la diferencias entre ambos existe una variada documentación:

 "Mi hermana ha descargado con toda su energía
la hostilidad de su naturaleza en
contra mía… Se ha desligado formalmente de
mí, por el asco que le produce mi filosofía y
porque yo amo el mal mientras que ella ama el bien …"
(carta de Nietzsche a Paul Rée, de fecha posible, el
15.09.82)

 "…Querer a mi hermano, admirar su obra
constituía el deber de mi vida y su centro; cierto que
el amor ha
quedado pero ya no puedo hacer nada por él: he perdido la
fe en los efectos positivos de su filosofía…"
(Elizabeth a Peter Gast, Naumburg, 07.01.83)

 

 

 

 

Autor:

Hernán Montecinos

Escritor-ensayista

Valparaíso Chile

09.09.08

Partes: 1, 2
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